La formación profesional es un requisito imprescindible para la inserción en el mercado de trabajo y más en los difíciles tiempos que corren. Esta premisa, la de la capacitación laboral, es la que guía el programa de becas para la población reclusa española que impulsa la Obra Social de La Caixa y que en la provincia de Lugo beneficia a los internos de las prisiones de Bonxe (Outeiro de Rei) y Monterroso.
Los reclusos beneficiados, que cumplen una seria de requisitos establecidos y se encuentran en la parte final de su condena, se forman fuera de la prisión, en régimen semilaboral, en las especialidades de electromecánica, pintor de edificios, chapista, pintor de vehículos y peluquería y estética.
Desde la Obra Social de La Caixa, señalan que “las becas se dirigen a capactiar y mejorar el nivel de empleabilidad de un colectivo que, a menudo, presenta necesidades de formación a todos los niveles”.
En esa línea, subrayan que los beneficiarios del programa no sólo precisan una formación profesional, “sino también, en la medida de lo posible, la asunción de las obligaciones que comporta un empleo estable”. Por este motivo, la formación se realiza fuera de los centros penitenciarios, con un horario semilaboral y “con una alta exigencia de respeto hacia los formadores y el resto de becarios”.
Desde La Caixa destacan que el contacto del recluso con el exterior pretende, además de ser un recurso alternativo a la variada oferta formativa que se da en las prisiones, ofrecer a los internos un contacto lo más normalizado posible, que contribuya “a la adquisición transversal de competencias prelaborales en un ambiente similar al del mercado de trabajo que encontrarán una vez que hayan cumplido el período de privación de libertad”.
Los internos que superan satisfactoriamente el plan formativo son derivados a un programa de acompañamiento para la inserción laboral que se desarrolla en Lugo, con el objetivo de conseguir su colocación en los sectores en los que se formaron.
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